“…la belleza es el único lenguaje de nuestra alma…no comprende otros. No tiene otra vida, no puede producir otra cosa, no puede interesarse en otra cosa… ¡Se necesita tan poca cosa para estimular la belleza de un alma!...Quizá no es necesario despertar, sino basta no adormecer. No es quizás el elevarse, sino el descender, lo que requiere esfuerzos…si tuviésemos menos miedo de la belleza, llegaríamos a no encontrar otra cosa en la vida, porque, en realidad, bajo todo lo que se ve, lo único que existe es eso…”

Maurice Maeterlinck

32. Receptáculo del "fluido universal"









 Tejido de poda de enredadera (Parthenocissus tricuspidata = Ampelopsis veitchii) sobre estructura de hierro soldado

 "Se me figura que  no sería muy termerario sostener que no hay seres  más o menos inteligentes, sino una inteligencia esparcida, general, una especia de fluido universal que penetra diversamente, según sean buenos o malos conductores del espíritu, los organismos que encuentra. En tal caso, el hombre sería, hasta ahora, en la tierra, el modo de vida que ofrecería menor resistencia a ese fluido que las religiones llaman divino. Nuestros nervios serían los hilos por donde se distribuiría  esa electricidad más sutil. Las circunvoluciones de nuestro cerebro formarían en cierta manera la canilla de inducción en que se multiplicaría la fuerza de la corriente; pero esta corriente no sería de otra naturaleza, no procedería de otro origen que lo que pasa por la piedra, por el astro, por la flor o por el animal" La inteligencia de las flores, de Maurice Maeterlinck